jueves, junio 19, 2008

Ares, el arquetipo

Cultivar el Ares

Hoy en día, en un mundo patriarcal que todavía sigue el patrón de Zeus, Ares sigue siendo un arquetipo del que no se aprecia su valor, que es más probable que se reprima a que se cultive, especialmente en los hombres que buscan el éxito.
Pero si el arquetipo Ares está reprimido en la psique de un hombre, no tendrá acceso a los sentimientos que encarna. Todo este aspecto permanece por desarrollar y embotellado: la imagen del muchacho Ares encerrado en la jarra de bronce.
Es posible rescatarle, pero solo si el hombre siente el despertar del muchacho que hay en él, que una vez fue espontáneo y expresivo físicamente. El muchacho Ares encerrado en la jarra en su anhelo de contacto físico con el padre que nunca luchó con él juguetonamente ni le abrazó con fuerza; es el impulso que no puede expresar de pasar el brazo por los hombros de un amigo, de ser un compañero; es el niño que giraba con la música o deseaba hacerlo, el muchacho que una vez jugó al béisbol en una calle de la ciudad; es lozanía, terrenalidad y sudor. Es no ser consciente de un mismo. Habrá momentos o surgirán oportunidades en las que un hombre sentirá que quiere expresar a Ares: ¿liberará al muchacho en ese momento o le mantendrá preso en la jarra?
Cuando Ares ha estado embotellado durante mucho tiempo, la reacción física a las personas y los acontecimientos –las respuestas emocionales innatas-, pueden estar totalmente apartadas del estado consciente. Un hombre o mujer puede parecer que vive sólo en su cabeza y sin embargo, su cuerpo sigue reaccionando con tensión o relajación física. Por ejemplo, puede que no sienta ira ni miedo, pero sus músculos se tensan o sus manos se aprietan en puños cerrados. Normalmente no se da cuenta de esta reacción física hasta que alguien se lo comenta. Aún más inconsciente es el Ares que sólo se manifiesta en la hipertensión o a través de los instintos, en forma de estreñimiento o diarrea.
Cuando Ares es despreciado, como Zeus rechazó a su hijo, este arquetipo puede permanecer latente o reprimido, especialmente si no es el arquetipo predominante. Antes de que el Ares encerrado pueda ser rescatado o liberado, la persona ha de ser consciente de esa situación. La ayuda puede llegar a través de otras personas: si a las personas significativas en su vida realmente les importa lo que un hombre o mujer siente y pueden leer su lenguaje corporal o intuir los sentimientos de los que él mismo no es consciente, prestan atención a sus comentarios y los valoran, entonces él empezará a aprender. También podrá observar su lenguaje corporal. Esto es sólo el comienzo; luego ha de tener una experiencia terrena a través del contacto físico co los demás mediante actividades en las que esté en su cuerpo para poder cultivar y liberar a Ares y permitirle que evolucione.


Despertando a tu Diosa Interior
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